Realizaremos una evaluación global, sistemática y continua que nos permitirá recoger datos sobre la evolución y el desarrollo de las capacidades de nuestros niños y niñas.
En cuanto a las actividades en las que no se utilicen las tecnologías, la evaluación se centrará en el desarrollo del conocimiento infantil y en su crecimiento, no sólo intelectual, si no también personal y social. Predominará, por lo tanto, la observación directa del alumnado y de sus comportamientos y reacciones ante las actividades, por parte del profesorado.
En relación a lo referido a las actividades realizadas mediante el uso de las tic, estas tendrán su propia evaluación, siendo los propios alumnos los que podrán ver si consiguieron realizar las actividades correctamente. Se trata de actividades con doble oportunidad de acción que, al fallar una tercera, volverá a aparecer nuevamente. A pesar de la autoevaluación que permite este tipo de actividades, una de las ventajas que proporciona el programa Ardora, es la posibilidad de que las maestras y maestros podemos ver si las niñas y niños realizaron realmente las actividades o no.